DECLARACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LA TAREA EDUCATIVA

DECLARACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LA TAREA EDUCATIVA

  1. La educación es el futuro y progreso en toda sociedad.
  2. Las nuevas generaciones requieren el interés de la anterior, para orientarles en la vida experimentada, y discernir lo que supone un bien, salud física, moral y emocional, camino de felicidad y sus contrarios.
  3. La misión de todo educador es ayudar a formar personas sólidas, competentes, que aprendan a amar, a encontrar el sentido de su vida,
  4. El educador enseña al educando a ser capaz de convivir y colaborar con el bien común de los demás, respetando la dignidad de cada persona y la propia, por el mero hecho de ser persona, no por sus resultados.
  5. Los docentes deben transmitir la verdad y enseñar cómo descubrir el conocimiento verdadero y el saber.
  6. El educador asegura la libertad y defiende el bien del educando.
  7. El educador no ha de generar energía, sugerir la chispa que encienda el descubrimiento de mayores verdades en todos sus alumnos y alumnas, con exigencia, amabilidad, honradez y lealtad.
  8. La educación de calidad es la educación personalizada (de personas a personas) e integral (atendiéndolas en todos sus ámbitos).
  9. La educación personalizada no es individual, pero la individual y la grupal han de ser personalizadas e integrales.
  10. La educación personalizada empieza por reconocer que el educador también es persona.
  11.  El educador enseña a amar la vida y la realidad en la que se desenvuelve, enseñándole cómo valorarla por su bondad.
  12. Para el educador, los errores tienen menos peso que los aciertos.
  13. La libertad y la responsabilidad son dos cualidades inviolables en el educando, que no pueden violentarse ni obstaculizarse y sí exigirse.
  14. El educador mira hacia el futuro seleccionando del presente lo que intuye que será válido, al tiempo que recoge del pasado lo que la experiencia enseña que es valioso. Enseña a valorar la tradición, actualizándola con su propio pensamiento crítico, libre y personal.
  15.  El educador observa, estudia y concluye, pero no juzga.
  16. El educador siempre cree en la posibilidad de mejora del educando.
  17. La educación siempre es positiva, de modo que no existe la mala educación, sino que hay educación o carencia de ella.
  18. El educador no transmite valores, sino virtudes; no ideas que se proclaman, sino hechos llevados a la vida con coherencia y unidad vital entre lo que se piensa, se cree, se siente, se opina y se hace.
  19. La convivencia entre seres humanos, también en la escuela, requiere enseñar habilidades sociales, solidaridad y empatía.
  20. La escuela reúne a personas que se deben compañerismo por el mero hecho de ser personas y coincidir en una actividad, sin necesidad que se dé entre ellas afinidad ni amistad.
  21. La educación permite la buena convivencia y la falta de ella es falta de educación.
  22.   El educador siempre tiene esperanza y enseña el optimismo a su alumnado y familia.
  23. El educador siempre es optimista; si no, es porque le faltan datos.
  24. Educa mejor quien mejor quiere.
  25. El educador quiere a todo su alumnado, con su diversidad, errores y carencias. Le quiere como es en el presente, no como podrá cambiar.
  26. El educador da lo que es, no sólo su tiempo y su conocimiento.
  27. El educador transmite el deseo apasionado por saber y comprender.
  28. La educación no se limita a ofrecer nociones, conocimientos o información, sino que tras las nociones provoca preguntarse la verdad de cada realidad, para que pueda orientar su vida.
  29. El educador enseña al educando a poner esfuerzo, ponerlo prolongadamente en el tiempo y a pedir ayuda cuando la necesita.
  30. Las dificultades, los obstáculos y los errores y, con ellos, el sufrimiento, es parte de la vida y del aprender a vivir, a hacer y a ser. El fracaso sólo se da cuando se abandona o desespera.
  31. La capacidad de aprender, de amar, se corresponde con la capacidad de tolerar la contrariedad y luchar por un objetivo, sufriendo junto a su educador.
  32. Aumentar la fuerza de voluntad es una necesidad de quien quiere mejorar.
  33. El educador debe enseñar con el ejemplo el equilibrio entre libertad y disciplina, en las cosas pequeñas.
  34. El educador ayuda a formar el carácter al educando y prepararse para afrontar las pruebas del futuro.
  35. El educador respeta la libertad del educando, pero sin secundar sus errores, ni fingir que no importan.
  36. El educador deberá ganarse la autoridad que sólo el educando puede otorgarle y que es fruto no sólo de la competencia y experiencia del educador, sino de la coherencia de su vida e implicación personal en el educando, expresión del amor verdadero que siente por él.
  37. El educador es testigo de la verdad y del bien, pese a ser persona, por tanto, imperfecta y con innumerables errores; que procura, pese a ello, ponerse continuamente en órbita con su misión educadora y vital.
  38. El educador enseña al educando a ser responsable consigo mismo y con la sociedad.
  39. El alma de la educación es la esperanza en el educando y la confianza en su vida.
  40. La técnica y la pedagogía es menos importante en la educación que el cariño del educador.
  41. El educador siempre busca un fin bueno para el educando, con buenas formas, buenos modos, amables, aunque exigentes, sin justificar medios inadecuados.
  42. La vocación del educador es proteger y alimentar la vocación de la libertad y del amor del educando.
  43. La vocación educadora es trascender la obra educadora.
  44. El educador siempre deja buena huella en el educando.
  45. El educador es alegre, serio o no. La alegría es el termómetro de su vocación.
  46. El educador se interesa por todo su alumnado y en todas sus dimensiones y para cada uno diseña un plan de mejora personal.
  47. El educador, cuanto más se interesa e implica en el alumnado, menos se interesa en sí mismo.
  48. El educador está atento a todo lo que incumbe al educando y supera la superficie para llegar a su interior.
  49. El educador tiene personalidad y es creativo: crea nuevos objetivos y nuevos modos de lograrlos.
  50. El educador es más artista que técnico de la educación.
  51. El educador sabe la grandeza de su tarea y por eso no necesita el reconocimiento para seguir ejerciéndola.
  52. El educador aprovecha el tiempo del alumno o alumna: sin prisa, con armonía y con eficacia.
  53. El educador sabe que la educación tiene más que ver con los tiempos que con los espacios.
  54. El educador que deja huella es el que tiene alumnos y alumnas que la dejan, para el bien de muchos.